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Descripción

 

 

 

 

“Una imaginación ágil para percibir la semejanza de las cosas y suficientemente lúcida para distinguir sus diferencias, una persistente curiosidad, pero también cierta paciencia para poder dudar, firmeza en la meditación, lentitud para afirmar, repulsa a cualquier género de impostura”

(Bacon F, citado por –Ramirez, D, s.f.)[1]

La formación de la actitud científica, es el eje orientador de la práctica integrativa VI.  En esta perspectiva, el programa de la práctica integrativa contempla aspectos teóricos acerca de la exploración del medio natural y social en la educación inicial y, didáctico-pedagógicos referidos a la manera cómo los docentes en formación deben orientar y acompañar a los niños y niñas en contextos educativos formales e informales.

En el espacio formativo de la práctica VI, se parte de la consideración de  que quienes estudian pedagogía infantil son  personas activas que en el encuentro de la teoría y la práctica incorporan saberes disciplinares, estrategias y  metodologías para orientar su acción pedagógica hacia la formación integral de sus educandos.  Se parte del reconocimiento de la condición connatural de las niñas y los niños, como  seres humanos curiosos, observadores e indagadores de su entorno para encaminar de manera intencionada esta “actitud científica” mediante el diseño de situaciones y experiencias de aprendizaje coherentes con sus intereses y lógicas de pensamiento, sus diferencias y ritmos particulares.  Ello requiere orientar la formación de los y las docentes hacia el desarrollo de competencias para concebir, diseñar, ejecutar y evaluar propuestas pedagógicas  en contextos educativos formales e informales de la educación inicial y los primeros años de la escolaridad.

En este sentido, en la práctica integrativa VI, se ofrecen herramientas pedagógicas, metodológicas, investigativas  y disciplinares, que le permiten a los y las docentes en formación, desarrollar un ejercicio investigativo soportado en el diseño e implementación de una propuesta pedagógica a partir de la realización de una exploración diagnóstica relacionada con los intereses, preguntas, nociones genuinas de los niños y las niñas acerca del entorno natural y social; así como de su contexto socio-educativo.

 

Se trata de observar, describir e identificar aspectos relacionados con los contextos educativos, los ambientes educativos, las situaciones de aprendizaje,  las concepciones y prácticas pedagógicas referidas al ámbito de la enseñanza de las ciencias, particularmente naturales y sociales, en la institución educativa que funciona como centro de práctica y, a partir de ello, establecer un análisis crítico, reflexivo y propositivo de las formas como se potencia la actitud científica de los niños y las niñas. 

Este proceso se fundamenta en el enfoque etnográfico, el cual contempla, además de la descripción de los rasgos de un grupo en un contexto, la comprensión y la interpretación de los fenómenos,  hechos y situaciones del grupo hasta llegar a teorizaciones sobre los mismos.  En este marco,  las maestras en formación validan y/o construyen instrumentos y aplican formas de producción y registro de datos  tales como la observación participante y no participante, la entrevista semi-estructurada, el análisis documental,  el diario de campo, éste último, como “un instrumento de formación, que facilita la implicación y desarrolla la introspección, y también de investigación, que provee habilidades para la observación y la auto-observación recogiendo información de diferente índole”. (Cano Zapata, 2006).

A partir de ello, los pedagogos y pedagogas en formación realizan un ejercicio de planeación que contempla aspectos conceptuales, procedimentales y actitudinales articulados por el eje problematizador y los saberes interdisciplinares que se vinculan en la integralidad de la propuesta pedagógica, buscando la correspondencia con los estilos de aprendizaje de los niños y las niñas, sus intereses de conocimiento y sus posibilidades de despliegue en una perspectiva constructiva, activa y significativa.

El ejercicio investigativo se orienta a partir de la formulación de una pregunta problematizadora que les permite direccionar la acción pedagógica, establecer marcos conceptuales, rastrear información inherente al eje temático e identificar categorías de análisis para finalmente,  elaborar un informe descriptivo interpretativo que dé cuenta del proceso desarrollado en términos de las articulaciones disciplinares y metodológicas, de los hallazgos, los resultados y conclusiones; generando, validando o replanteando conocimientos y haciendo transferencia de éstos.  

La perspectiva interdisciplinar del ejercicio reflexivo busca fortalecer la visión integral del hacer pedagógico e investigativo del docente en formación, mediante el establecimiento e intercambio de saberes y la visualización de relaciones entre los diferentes espacios de formación[2] que desde su especificidad puedan aportar elementos para abordar la práctica con sentido crítico, interactivo y propositivo.

El carácter propositivo de la tarea educativa, implica la permanente acción reflexiva  del docente en formación mediante un ejercicio de construcción y de-construcción del conocimiento  que le permita hacer aportes significativos en el campo de la pedagogía y específicamente,  forjar la pertinencia de los currículos atendiendo a la identidad de éstos en correspondencia con los contextos culturales y sociales. 

Así, en la práctica integrativa VI, se  concibe a los maestros y las maestras como sujetos  éticos y políticos, que reflexionan sobre su rol en la sociedad, en su comunidad y en las interacciones que tejen con sus estudiantes, bajo una concepción transformadora y constructiva de la educación que les permita formar ciudadanos críticos, demócratas y solidarios; en una relación que al mismo tiempo les lleve a forjarse como hacedores de su propio perfil, co-partícipes de su propia formación; ellos y ellas son invitados e invitadas a construir y de-construir su hacer en un mundo cambiante y dinámico, que exige apertura mental y espiritual para aprender y construir con otros, para aventurar cada día la apasionante búsqueda del conocimiento para el desarrollo humano integral y sostenible.

 

La práctica aporta a la formación del maestro y de la maestra en la perspectiva de contribuir a prepararlo para afrontar realidades básicas de la enseñanza, en los contextos en que está inmerso, para que avance en la identidad con su profesión desde  marcos locales y globales y desde la comprensión e inscripción en el ámbito específico de la gestión pedagógica y administrativa institucional.

 

Objetivos

 Generales:

 

  • Desarrollar la práctica pedagógica en una institución educativa de carácter formal y/o  informal, soportado en un ejercicio pedagógico e investigativo de carácter cualitativo que permita a los y las docentes en formación, establecer un análisis crítico reflexivo y propositivo de las concepciones y prácticas pedagógicas referidas a la promoción de la actitud científica de los niños y las niñas en la educación inicial y los primeros años de la escolaridad. 

 

  • Fortalecer conocimientos pedagógicos, disciplinares e investigativos de las y los maestros en formación mediante la articulación de diferentes espacios de formación en torno al tema de “la actitud científica” de las niños y las niñas mediante el desarrollo de diferentes estrategias metodológicas, recursos didácticos y tecnológicos. 

 

  • Potenciar el desarrollo de competencias propositivas, argumentativas, didácticas y tecnológicas de los y las docentes en formación mediante la puesta en escena de prácticas y procedimientos que implican procesos de diseño, planeación, ejecución y evaluación.

Específicos

  • Realizar una exploración diagnóstica grupal y del espacio educativo que permita, a las y los docentes en formación, la identificación de  prácticas y concepciones pedagógicas orientadas a la promoción de la actitud científica infantil,  la lectura de ambientes y situaciones de aprendizaje y la caracterización de los grupos y los contextos, esto, mediante el diseño y/o validación y aplicación de técnicas e instrumentos de investigación cualitativa. 

 

  • Formular una pregunta problematizadora que vincule el eje temático de la práctica (la formación de la actitud científica de los niños y las niñas) con una  problemática, necesidad o interés de conocimiento, identificada en la fase de exploración diagnóstica,  que defina y oriente el ejercicio investigativo y la acción pedagógica de los y las docentes en formación.

 

  • Construir un marco conceptual y metodológico en correspondencia con las categorías de análisis establecidas en la pregunta problematizadora que permita fundamentar el proceso de la práctica pedagógica y el desarrollo del ejercicio investigativo.

 

  • Orientar el diseño de ambientes y situaciones de aprendizaje enmarcados en el diseño universal y en la unidad didáctica basada en el ciclo del aprendizaje, cuya implementación  permita fortalecer y dinamizar el proceso de formación de la actitud científica de los niños y las niñas del grupo sujeto de la práctica. 

 

  • Realizar un ejercicio riguroso de auto-observación, reflexión crítica y propositiva mediante el diligenciamiento del diario pedagógico en el que se registra y valora, el proceso de la práctica pedagógica y del ejercicio investigativo.

 

  • Elaborar un informe final de la práctica que dé cuenta de los hallazgos, los análisis, relaciones e interpretaciones que emergen, dando cuerpo a un texto que integra saberes disciplinares, pedagógicos e investigativos.

 

  • Participar en los procesos de organización y realización del Encuentro de experiencias pedagógicas ante la comunidad académica de la Facultad de Educación.

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